El Señor Jagannatha y la bandeja de oro


Bandhi Mohanti no era brahmana, pero si un gran devoto de Jagannatha. Siendo tan pobre como era, él pensaba que el Señor era su verdadero amigo y que vendría para ayudarlo cuando éste lo necesitase.

Él pasaba la mayor parte del día leyendo acerca de Jagannatha, olvidando así a su esposa e hijos. Ella ni siquiera sabía que su esposo era un gran devoto del Señor, pero creía que él tenia un amigo en la localidad conocido como Jagannatha.

Ella estaba asombrada de ver que Bhandu prefería pasar más tiempo con su amigo que con ella. Un día su esposa le preguntó: “¿Quién es este amigo tuyo?”.

“Tú no sabes, ni puedes saber. Él es muy rico, tiene un palacio muy grande. Él es un rey, Sus vestidos, Su comportamiento, Su forma de vida, todo acerca de Él es real. Él también es muy amable”, le contestó Bhandu Mohanti.

“¡Vamos a verlo un día!”, pidió la esposa.

“¿Cómo puedes tú ir a verlo con ese vestido tan viejo?”, le contesto el esposo.
“Si nosotros queremos ir, debemos llevar algunos presentes y nuestros hijos deberán de vestir muy bien. Tú deberás lucir collares y pulseras de oro, de otra manera el encargado de la puerta de la casa de mi amigo puede que no nos permita entrar, y ya que yo no tengo el dinero para comprar tales cosas, yo no voy a verlo”, agregó él.

Entonces la esposa de Bhandu Mohanti respondió: “Si tu amigo es honesto y verdadero, él te respetará y aceptará de cualquier forma en que estés vestido, y ya que tu eres tan pobre, ¿por qué no te acercas a él para que nos ayude?”.

Bhandu Mohanti no puso atención a lo que su esposa decía, así que ella se enojó de nuevo. Tiempos más difíciles estaban por venir. Toda la aldea estaba sufriendo de una mala cosecha, ya que sin haber llovido, muchos morirían de hambre. Era el año 1392, y como Bhandu Mohanti, la mayoría de los aldeanos eran granjeros. Todos estaban muy afligidos, Bhandu les decía a menudo, “Mi amigo es muy rico, si Él lo desea puede salvarnos”. Así que su esposa lo obligó a que fuera ver a su amigo.

Ya había amanecido cuando Bhandu Mohanti, acompañado de su esposa e hijos, iniciarón su camino hacia Puri para encontrarse con el Señor jagannatha. Ella pensaba: “Si llegamos a cualquier cuidad, por lo menos alguien les dará algo de comer a los niños”.

Ellos caminaron desde la aldea de Shatapada hasta Puri, a una distancia de casi 30 millas. Amablemente algunos granos de arroz les fue dado por los peregrinos que pasaban por el camino aquella noche. Después de tres días la familia llegó a Puri. Bandhu Mohanti los llevó directamente al templo de Jagannatha, pero ya que era media noche, las puertas estaban cerradas., por lo tanto descansaron en Pejanala al lado sur del templo. En este lado hay un acueducto donde las vacas vienen a tomar el agua de arroz que viene colada desde la cocina del templo.

“¿Dónde está tu amigo rico de Puri? ¿Dónde está su casa?”, le preguntó su mujer con ansiedad. “Él ahora está muy cerca”, Bandhu contestó. No deseba decirle a ella que él se referia al Señor jagannatha.

Los niños tenán mucha hambre y lloraban, así que la esposa les dio agua de arroz de la pejanala, de la misma que tomaban las vacas. Después de esto todos tomaron descanso, pero su esposa debido a que estaba tan preocupada por los niños se mantuvo despierta. De pronto ella vio a un brahmana de color obscuro, el cuál traía sobre su cabeza una bandeja de oro y sobre ella, muchas variedades de alimentos, se acercó llamando: “¿Dónde está Bandhu Mohanti? ¿Dónde está Bandhu Mohanti? “Sí, aqui estamos. ¿Que es lo que sucede?”, ella preguntó.

El joven brahmana sonriendo misteriosamente le dijo, “El amigo de Bandhu Mohanti le ha enviado esta comida, por favor, tómela que yo tengo mucho trabajo que hacer”.

La mujer no estaba en posición de tomar decisiones y su esposo estaba dormido. Pensó que no era apropiado despertarlo después de tan largo viaje, así que ella aceptó la bandeja con la comida y despertó a los niños. Todos ellos comieron el gran banquete, y después de haber terminado volvieron a dormirse con sus estómagos satisfechos.

Cuando Bandhu Mohanti se despertó, ella le contó todo. El comenzó a llorar desesperado: “¿Por qué no me despertaste? Tu has sido bendecida al poder verlo, y yo no soy cualificado para poder encontrarme con El”. Su mente se tambaleaba al ver la magnitud de lo que acababa de sucederles. Su esposa no podía comprender que era lo que sucedía. Ya que tenía una mentalidad mundana, no podía entender el profundo significado de este incidente.

Bandhu Mohanti, en gran éxtasis comió todo lo que habían dejado sus hijos en la bandeja de oro. “¿Pero qué es lo que voy a hacer con este plato de oro?”, se preguntó a sí mismo. Él lo limpió y con gran devoción lo colocó debajo de su almohada esa noche para evitar que alguien se lo robara.

Por la mañana había mucha conmoción dentro del templo, la carísima bandeja de oro que usaba el Señor Jagannatha había desaparecido. El problema fue reportado de inmediato a Virakisora, el rey de Puri, quien es la maxima autoridad en cuestiones del templo de Jagannatha. La policía arrestó a Bandhu Mohanti mientras estaba durmiendo aquella mañana fuera de las paredes del templo. La bandeja de oro fue regresada al templo y el rey estaba listo para darle un buen castigo al culpable.

La esposa de Bandhu Mohanti y sus hijos lloraban y suplicaban: “¡El amigo rico de de Bandhu Mohanti fue el que ocasionó todo esto!”, decía la mujer, tratando de defender a su marido. Bandhu Mohanti no lo pudo evitar y también comenzó a llorar. Nunca se imaginó que le sucedería semejante calamidad.

El rey anunció que daría la sentencia al siguiente día. Esa noche, el rey de Puri tuvo un sueño milagroso. El Señor Jagannatha se le apareció diciendo: “oh Rey, si un amigo viene a tu casa, ¿acaso no es correcto que lo recibas con una buena merienda?”. Bandhu Mohanti es Mi amigo, ¿qué falta he cometido al ofrecerle de comer en mi bandeja de oro? ¿Me vas a sentenciar a Mí también? Por favor, ¡libéralo de inmediato!”.

De inmediato el rey liberó a Bandhu Mohanti sin perder tiempo. También permitió que Bandhu Mohanti y sus descendientes se les permitiese servir en el templo mismo. Aun hoy en día, los descendientes de Bandhu Mohanti cocinan las primeras ofrendas del día para Él. Es una preparación de arroz dulce conocida como khecheda.

Después de cocinar esta preparación, Bandhu Mohanti llevaba esta ofrenda en la misma bandeja de oro para las Deidades. Lo más asombroso es que Bandhu Mohanti no era brahmana y nunca había tenido un servicio hereditario en el templo. Aun hoy en día hay cocineros en el templo con el sobrenombre de Mohanti, quienes son descendientes directos de él, los cuales ejecutan el mismo servicio.
Él simplemente consideró a Jagannatha como su amigo.

¡¡JAYA JAGANNATHA!!